Desarrollo Personal, Relaciones Personales

Psicología clínica, mentorización y coaching: ¿en qué se diferencian y cuándo elegir cada uno?

mentoring y coaching

Vivimos en un mundo donde el crecimiento personal y profesional ha tomado un papel central en nuestras vidas. Sin embargo, con tantas opciones disponibles, puede resultar confuso entender qué tipo de apoyo es el más adecuado para cada situación. Hoy hablaremos de tres enfoques que, aunque pueden parecer similares, tienen diferencias fundamentales: psicología, mentorización y coaching. Además, profundizaremos en la importancia de respetar los límites éticos, especialmente en el ámbito del coaching.

Psicología clínica: la base de la salud mental

La psicología se centra en la evaluación, diagnóstico y tratamiento de problemas de salud mental y emocional. Un psicólogo está capacitado para trabajar con personas que enfrentan trastornos como ansiedad, depresión, traumas o adicciones

Cuando una persona ha vivido experiencias traumáticas, tiene un historial de salud mental complejo o siente que su bienestar emocional está comprometido, la psicología es el camino adecuado. El trabajo que se realiza en este ámbito, implica un análisis profundo y un acompañamiento profesional riguroso.

Es crucial destacar que los límites entre la psicología y otras disciplinas no son opcionales. En este sentido, los coaches éticos reconocemos que no estamos formados para tratar traumas o problemas de salud mental y dado que no somos psicólogos no diagnosticamos, nos inhibiremos de seguir trabajando con la persona reconociendo no estamos preparados para lo que el cliente necesita, pero sin entrar a valorar ni diagnosticar jamás.

Mentorización: el camino de la experiencia compartida

La mentorización es una relación donde alguien con más experiencia en un área específica guía a otra persona que está desarrollándose en ese campo. Aquí, la dirección y el consejo son elementos clave. Un mentor comparte sus conocimientos, ofrece estrategias basadas en su propio recorrido y, en ocasiones, incluso señala los pasos que el aprendiz debería seguir.

Por ejemplo, un mentor en el ámbito empresarial podría enseñar cómo abordar negociaciones, estructurar un plan de negocios o evitar errores comunes en un sector particular. La mentorización se basa en la premisa de que el mentor ya ha transitado el camino que el aprendiz desea recorrer.

Sin embargo, la mentorización es direccional: el mentor es quien guía y aporta respuestas. Aunque puede haber diálogo, el objetivo es transmitir conocimientos y experiencias que el aprendiz pueda aplicar directamente.

Coaching: el arte del autodescubrimiento

El coaching, en contraste, se centra en un proceso de autodescubrimiento y crecimiento personal o profesional. Un coach no tiene todas las respuestas, pero sí sabe cómo formular las preguntas adecuadas. Su trabajo consiste en crear un espacio seguro y desafiante donde el cliente pueda explorar sus metas, identificar obstáculos internos y externos, y encontrar las soluciones que mejor se adapten a su realidad.

Una de las máximas del coaching es que las personas tienen dentro de sí mismas los recursos y capacidad para resolver sus desafíos; la labor del coach es facilitar el proceso para que esas respuestas emerjan. A diferencia de la mentorización, el coaching no es de base direccional. El cliente no recibe consejos ni instrucciones, como máximo alguna sugerencia, lo principal es que es guiado a través de preguntas poderosas y herramientas específicas para que tome sus propias decisiones.

Por ejemplo, si una persona busca mejorar su liderazgo, un mentor podría decirle qué estrategias emplear, mientras que un coach le ayudaría a reflexionar sobre su estilo actual, identificar áreas de mejora y definir los pasos que le llevarán a alcanzar sus objetivos.

¿Cómo saber cuál elegir?

La elección entre psicología clínica, mentorización y coaching depende de tus necesidades actuales:

  • Si estás lidiando con un trauma, ansiedad o depresión: Busca la ayuda de un psicólogo.
  • Si necesitas guía en un área específica basada en la experiencia de alguien más: Un mentor puede ser tu mejor opción.
  • Si deseas explorar tus metas, superar creencias limitantes o desarrollar habilidades desde el autodescubrimiento: El coaching es tu mejor opción.

Reflexión final

Cada disciplina tiene un propósito y un lugar para que logres un equilibrio emocional y bienestar en tu día a día. Lo principal es reconocer tus necesidades y buscar el apoyo adecuado para satisfacerlas. Lo más complicado suele ser dar el primer paso, pero si has llegado hasta este blog es muy probable que ahora tomes consciencia de que ya lo hayas dado.

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